La muestra propone un acercamiento a lo sublime por medio de la analogía entre pararse frente a la inmensidad de un paisaje y conversar sobre nuestros dolores con nuestros seres amados. Se compone de una serie de dibujos de paisajes y retratos realizados en lapiz de color sobre papel calado. En ambas situaciones el acercamiento a la muerte se da por reconocer nuestra pequeñez frente a la inmensidad de la vida y reconocer nuestro poder al entender que somos parte de aquella inmensidad.