“Santuario de espinas” se compone de una serie de grabados en litografía, intaglio y neolite; así como de piezas en cerámica de alta temperatura. En estos, se presentan diferentes experiencias, augurios y rituales relacionados a la tierra, desde su capacidad creadora, canalizadora de lo intangible y receptora de distintos procesos evolutivos. 

En la serie de grabados en neolite  “Relatos y augurios” se representan momentos puntuales en mi historia de vida personal, y en aquellas narradas continuamente en mi familia, donde la tierra adopta formas y acciones distintas. Escenas en la oscuridad del bosque o en el trabajo en el campo, así como desastres naturales como una erupción volcánica o huaico, actúan como recordatorios de la fragilidad del tiempo, pero también como premoniciones de nuevas etapas.    

Luego, en piezas como “Para Lucca” y “Deseo Subterráneo” la tierra actúa como un cuerpo receptor de ofrendas en el tiempo. Junto a las piezas en cerámica que remiten a candelabros, se condensan los elementos en una especie de ritual para el desapego y muerte de lo material. Se aprecian objetos de todas mis cápsulas del tiempo, mis lágrimas, mascotas muertas, sangre de mi fertilidad, risas, llantos, entre otros; que desaparecen en lo profundo de la tierra con la esperanza de proteger y servir como sustento a otras vidas, incluso aquellas que se viven en el mismo cuerpo. 

En otras piezas, se exploran los cuestionamientos sobre mis capacidades y carencias en el manejo del suelo. El grabado en relieve y colagrafia “Tierra de mangos” honra la trayectoria de mi familia y su relación con el cultivo en el campo, así como sus frondosos jardines. Expreso mi admiración por la facilidad que tenían sus manos para dar frutos, alimentarse y sostener esta práctica por varias generaciones.  Esto se contrapone irónicamente a mis habilidades, casi nulas de hacer crecer o florecer algo; idea que tomó bastante tiempo en sanarse y que se manifiesta en la obra “ Dos Geranios”. Estos grabados sirven como reconocimiento a la sensibilidad de la agricultura y floricultura, relacionándolas con la abundancia, la intuición, paciencia y claridad.

La exposición “Santuario de espinas” recopila además, diferentes iconos referente a lo sagrado, como la corona de espinas, el ojo omnipresente, el árbol seco del bien y el mal y otros símbolos que se presentan continuamente en mi propia espiritualidad, así como en la de mi rama genealógica. También se manejan cuidadosamente conceptos de la numerología. El número siete, tres y los pares se repiten consecutivamente a lo largo de las piezas, como códigos ocultos de una práctica adivinatoria personal. 

Los diferentes sistemas de impresión utilizados, en hueco y relieve, permiten el trabajo de texturas, líneas y elementos sólidos en sus composiciones. El grabado se explora desde su capacidad de dejar y recoger marcas en el papel, traducidas en las diferentes profundidades temáticas de las obras. Mientras, la cerámica muestra otros estados de la tierra, con su capacidad de solidificarse y arder en altas temperaturas. Estas piezas funcionan como una especie de fósiles y objetos ceremoniales al mismo tiempo. En sí, cada espacio dentro de la exposición compone un espacio liminal entre diferentes estados relacionados a la vida y la muerte, así como un espacio de sanación y concentración espiritual.