Dulces son los frutos de la adversidad es el título que lleva la primera individual de la artista Adriana Miyagusuku, ganadora del concurso Pasaporte para un Artista 2020, y bajo la curaduría de Míjail Mitrovic.
La artista presenta como pieza central un videoensayo donde aparecen dos gaviotas ante un problema. Tienen una idea, pero no saben cómo emprenderla. Un anuncio aparece justo en el momento preciso con las instrucciones del caso, donde el trabajo creativo y el espíritu emprendedor aparecen como la única respuesta para la sobrevivencia.
Flexibilidad, autosuficiencia y libertad hacen del trabajo creativo una oferta difícil de rechazar. Sin embargo, la ausencia de garantías, o un título que no produce más que beneficios simbólicos, son razones suficientes para sospechar. ¿Qué tienen en común el artista y el emprendedor? ¿Será la pasión, el compromiso y la motivación? ¿O quizás, la línea indefinida entre precariedad laboral y autoempleo?
Ocho son los pasos sugeridos para afrontar un mundo en constante cambio: cambia de mentalidad, crea un plan, trabaja duro, no te rindas, haz networking, pon tu cara, haz algo que te apasione y siempre se aprende. Estas indicaciones vienen con una advertencia, pues debes “decidir hasta qué punto las siguientes recomendaciones aplican en tu trabajo y vida privada.”
EXPOSICIÓN POSTERGADA PARA EL 3 DE AGOSTO