Brasil
Película (danza contemporánea)
Conversatorio con las directoras luego de la proyección
Concepción y dirección: Marcela Levi y Lucía Russo
Con Alexei Henriques, Anani Sereia Cosmos, Buth Cazul, Dani Lima, Denise Stutz, Esther Weitzman, João Victor Cavalcante, Juliete Buraco Negro Cosmos, Laura Samy, Lua Império, Lucas “Lola” Matéria Escura Cosmos, Lucía Russo, Marcela Levi, Maria Alice Poppe, Mari Lua Cosmos, Martim Gueller, Samuel Raposa Cosmos, Tamires Costa, Wallandra Cazul, Washington Silva
Producción y realización artística: Improvável Produções
Coproducción: Panorama Raft
Duración: 48 minutos
Idioma: Portugués
Subtítulos: Inglés y portugués
Recomendada para mayores de 8 años.
En 1944, para escapar de la persecución nazi, el poeta yiddish Abraham Sutzkever se vio obligado a cruzar con su esposa un campo minado. Para ello, caminaron al ritmo de anapestos (dos sílabas cortas y una larga) y anfíbracos (una sílaba larga entre dos cortas), recorrieron un kilómetro y sobrevivieron para contar esta historia.
¿Cómo cruzar ese campo minado llamado Brasil?
“Corto, corto, largo y a veces corto, largo, corto” fue filmado en Río de Janeiro, en Tijuca, frente al muro del Primer Batallón de la Policía del Ejército donde, durante la dictadura militar, civiles quedaron detenidos.
¿Qué hacer frente a un muro? ¿Cómo infiltrar ese paredón? Los pies poéticos anapesto -corto, corto, largo- y anfíbraco -corto, largo, corto- pueden asociarse a los ritmos de marcha y samba, respectivamente.
Deslizar de la marcha a la samba nos pareció un buen punto de partida. Dejar el Choro sonar y el hipo del síncope balancear. De la marcha al claqué, de los desfiles militares a los hoofers, que con sus zapatos de suela metálica repercuten el asfalto. El plástico negro, que en Brasil embala a los que mueren sin nombre, es también un mar revuelto en un juego infantil y en la película “Il Casanova” de Fellini. El estilo Old Way del movimiento Vogue se inspiró, desvió e hizo danza con los movimientos y posturas de los soldados. Lo que estaba soldado, fijo, se movió. Arrastrarse por el suelo apoyado en los codos forma parte del entrenamiento militar y, según el poeta Henri Michaux, es también una postura que puede hacer al alma nadar.
El agua blanda golpea la piedra dura hasta que la agujerea (dice un dicho popular en Brasil). Pasamos allí días y días, navegamos diaria y repetidamente frente a ese extenso muro que nos llevó a una encrucijada, que más tarde apodamos “la isla del retorno”. Todavía al pie del muro, encontramos lo que fue el río Maracanã, hoy una especie de cloaca a cielo abierto respaldada por una pasarela de contención situada ligeramente por debajo del nivel de la calle y apodada por nosotras “subsuelo”.
Allí encontramos nuestro triángulo, es decir, los tres puntos que contornean esta travesía, que celebra la fuerza de la poética y su poder de desplazar. Salir de sí. Del lugar. Del encadenamiento. Y saltar. Y volar. Y volver. Y revolver. Y tornar. Y retornar. Y navegar. Porque, en el clima de Río, ¿Quién está a salvo?